BY: Javier Fuentes
Javier Fuentes
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Hay veces que ciertos objetos me buscan a mí, me persiguen hasta hacer que me los encuentre de frente, en realidad son ellos los que desean venir conmigo, ellos saben más de la historia que nos toca vivir juntos.
Ellos tiene Alma y es ella la que propicia el encuentro a sabiendas que el viaje que haremos juntos será beneficioso para ambos. En ese viaje que a veces suele ser muy intenso, me acompañan por lugares con un ambiente lleno de exotismo y sensualidad, me utilizan para trasladarse conmigo y así darme un servicio y compañía inimaginable.
Otros objetos son para quedarse en casa, como objetos aparentemente decorativos pero que cuando los vi por primera vez, ellos mismos me mandaron el mensaje de que tenía que llevármelos para formar parte de mi entorno más intimo, tienen un lugar en la casa que ellos mismos me lo indican donde tienen que estar colocados, pues no sirve en cualquier sitio, no, ellos conocen el lugar adecuado y están presentes, siempre están, suceda lo que suceda, ahí están, acompañando y guardando su lugar, su energía y presencia permanente. También viví una historia con un osito de peluche que me llamaba desde un escaparate, cada vez que pasaba delante de él, hasta que un día, ya harto entre en la tienda para llevármelo, la dependienta me dio uno que tenia dentro y le dije que no, que quería el del escaparate, ella me dijo, son todos iguales, y le conteste que no, que aquel tenía algo diferente, y se lo demostré, se quedo impresionada. Hoy lo tengo en mi consulta y cumple una labor terapéutico-afectiva.
Cada uno de ellos tiene su historia, y también su lugar en mi corazón, su compañía y el servicio que me hacen es importante, son útiles en mi vida, se cargan con mi energía y tienen parte de mi, son recipientes de mi propio contenido, se llenan de mi, llegando a ser una parte de mi historia compartida. La ropa que viste mi cuerpo, los mismos zapatos que me llevan a lugares y que me prestan un servicio que sin ellos sería imposible de realizar por mis pies. Y qué decir de los coches que conmigo han vivido tantas historias, situaciones y llevado a tantos lugares con total entrega y fidelidad.
Todos los objetos que nos rodean y que de alguna manera llegan a nuestra vida adquieren la esencia de nuestra historia energética, el ambiente en que viven a nuestro lado y nuestra propia vibración son impregnados y contienen ese registro, esa historia que es la que viven a nuestro lado, siendo fieles, testigos silenciosos de nuestros pensamientos, sensaciones y emociones como parte viviente de nosotros mismos. También podríamos diferenciar a que genero pertenecen los objetos, si son masculinos o femeninos por su impronta o forma y manera de comportarse, por ejemplo, los coches que tenemos a lo largo de nuestra vida, unos pueden ser de un genero o de otro, según sea su carácter y forma de relacionarnos con ellos, algo que podemos comprobar si prestamos atención al tipo de relación que se establece entre ambos.
También hay objetos muy antiguos y queridos por mi desde que era un niño, como pinturas de la casa de mis abuelos, las que he visto toda mi vida, ropas pertenecientes a ellos, alfombras, los prismáticos, gafas, relojes de mi abuelo, abuela, madre y padre, juguetes de mi Perra, seres con personalidad propia, objetos en los que ellos han dejado su impronta profunda y que ahora forman parte de mi vida.
Tantas almas a mi alrededor, llenando mi hogar que mis ancestros dejaron su energía en todos ellos, ahora míos…su vida continua con su recuerdo en mi mente.
Hay otro tipo de almas sin cuerpo físico, que también habitan mi casa, compartimos el mismo lugar pero en distinta dimensión, interpenetrados unos con otros, relacionándonos en espíritu, en comunicación profunda de sentimiento, pensamiento y Amor profundo, afectándonos mutuamente, ayudándonos a transitar por un espacio sin tiempo, pero unidos en la esencia que nos habita, siendo parte de un mismo propósito, de un todo absoluto.
Y los otros seres a los que mi vehículo más sutil viajando cada noche, mientras mi cuerpo físico descansa, los visita y vivimos episodios llenos de significado, relacionándose nuestra esencia más sutil, recordando nuestro origen. Lo que tenemos que recordar no pertenece al pasado, esta fuera del tiempo.
Son tantos, que solo mi memoria almica puede contenerlos y amarlos, parte de mi familia por la que estoy aquí, una historia que voy tejiendo día a día.
Mi eterno agradecimiento a todos ellos, con la certeza de que algún día nos volveremos a reencontrar definitivamente en el otro lado.
Ellos, en mi existir como Javier.