Mientras miro el atardecer, un día más que se va, otro mas en mi vida, una vida entre otras muchas, mi propia vida. Nubes blancas, nubes negras van pasando, un Sol rojo que todo lo tiñe de saudade y romanticismo…. Y mi memoria regresa al pasado, un pasado lleno de intensidades, de amores y desamores, de acciones y reacciones, de causas y efectos, una vida tan fugaz, tan larga y tan corta, que no da de sí para hacer todo lo que deberíamos hacer, necesitamos más tiempo, mas vidas.

Y toda ella, desde mi presente me parece un sueño. Incluso la semana pasada me parece un sueño vivido, pero cuando estaba en ello no lo parecía…. todo ese viaje interior al pasado, todos esos acontecimientos vividos, todos los recuerdos a cuestas en mi alma, y con otros muchos que no los alcanzo a ver, y que viven conmigo en mi interior.

Realizo una regresión a mí pasado desde el hemisferio emocional, rebobino la película de mi vida… y me hago preguntas transcendentes: ¿hice bien o hice mal? ¿Me equivoque o acerté? Y cuando me hago esa gran pregunta me invade una gran duda, pienso,

siento, reflexiono…y no se cual es la respuesta correcta, no lo sé, Mi corazón tampoco me da soluciones porque está lleno de sentimientos contrapuestos.

No encuentro una respuesta concreta, y me lleno de incertidumbre, de dudas, de incógnitas, porque además todo lo vivido me parece un sueño, algo muy sutil y efímero, una sensación de haberlo soñado.

Se han ido los lugares, las situaciones, las personas que estaban a mi lado, hasta mi cuerpo físico ya no es el mismo, nada de eso ya no está presente, pero habitan en mí.

Mi vida, vista de forma retrospectiva resulta ser un sueño que se guarda donde todo queda entre el corazón y el alma, un sueño que sigo soñando y vivenciando, una realidad irreal, un viaje fugaz que no acierto a responderme, no lo sé, esa es mi gran duda que me llena de preocupación, porque en la respuesta estaría la resolución al dilema y tal vez la redención.